Como todas las mañanas desde que su marido hubiera fallecido, Dolores se encaminó sin prisa hacia la cafetería en donde diariamente desayunaba su croissant y su café con leche. Sus zapatos sufrían su peso doblando el tacón de forma forzada y ni las innumerables capas de betún disimulaban su desgaste. Su enorme pamela blanca contrastaba sobremanera con su vestido y medias negras.
- ¡Buenos días señora Dolores! – saludo con su bella sonrisa Pepe - ¿lo mismo de siempre?
A Dolores le encantaba aquel muchacho, por eso no había cambiado de cafetería en estos diez años.
- Buenos… días – dijo entrecortadamente exhausta – si por favor.
Se quitó la pamela y con su mano intentó arreglarse los rulos demasiado negros que habían quedado aplastados por el sombrero y el sudor.
Dolores había sido una esposa sumisa ejemplar, nunca se había quejado y había soportado todas las adversidades con valía. Ahora que sólo veía a sus hijos los domingos, los únicos placeres que se permitía eran ir a la peluquería cada primer lunes de mes después de haber cobrado la pensión y desayunar en la cafetería alegrándose la vista con el jovial y bello rostro del camarero.
Sus ojos azabaches a juego con sus cejas pintadas observaban atentamente al joven. A ella le gustaba sentirse querida, que la vieran como una tierna abuelita, aunque sus sueños iban más allá. Soñaba que ella volvía a ser joven y que aquel chico la hacía sentir las cosas que toda mujer desea sentir y que ella apenas conocía. Su marido había sido un buen hombre, pero un pésimo amante.
- Aquí tiene – la sonrisa le puso en la mesa el croissant y el café.
Dolores bajaba la vista cuando el chico se le acercaba porque se avergonzaba de sus pensamientos.
- Gracias – salió de sus finos labios vibrándole su flácida papada.
http://enplataynegro.blogspot.com/2010/10/dolores.html?zx=537c15f41ca9fd59
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Ejercicio que consiste en describir a una persona sin decir como es.
ResponderEliminarMe gusta tu Dolores, gracias por prestármela un poquito.
ResponderEliminarGracias a ti por darle la vida ;)
ResponderEliminarNo debería sentirse avergonzada por sus pensamientos... Todos somos jóvenes en nuestro interior.
ResponderEliminarun saludo!
Y gracias por felicitarme ;-)