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domingo, 20 de febrero de 2011

0 - Prólogo

NOTA: Prólogo de la novela que empecé a escribir en Mayo de 2007, y espero acabar algún día de estos. Es posible que sea algo tópico y/o típico pero luego no todo es lo que parece. No sé si conservarlo o escribir otro nuevo. Veré críticas siempre aceptadas.

Aquella noche Mefistus no podía pegar ojo. Su padre estaba enfermo. El gran emperador, el más grande de todos los tiempos, el que había conquistado la asombrosa suma de 345 planetas, de los cuales 43 habían sido eliminados del universo y 134 habían sido colonizados y convertido a sus emperadores en siervos del Imperio Omega. El resto, se habían convertido en bases militares o en suministradores de recursos y sus habitantes convertidos en esclavos o simplemente asesinados. Pero a Mefistus no le preocupaba que su padre estuviese enfermo, al contrario, le preocupaba que pudiera recuperarse. Así que se levantó de la cama y cogió el cuchillo de amarfita que le había regalado su progenitor hacía varias semanas. La amarfita era un precioso metal extraído del planeta Amufis antes de ser pulverizado en el universo. Era el metal mas resistente que se conocía y su brillo verdoso lo dotaba de gran belleza. Mefistus iba descalzo y en la oscuridad de la noche no se escuchaba más que el canto de un pequeño grillo en el jardín de las flores bajo de la ventana del pasillo que daba al dormitorio de su glorioso padre. Abrió la puerta que chirrió levemente. Entro sigilosamente en la habitación, y allí se encontraba su padre, sumaba la longeva edad de 147 ciclos, su joven hijo, producto de su tercera esposa, no quería que llegara a los 150.Una fina mosquitera cubría la cama que estaba situada en el centro de la amplia estancia; la apartó cuidadosamente. Llevaba demasiado tiempo esperando su turno, él era el heredero del trono ya que era el varón de más edad entre los siete hermanos y hermanas de cinco mujeres diferentes. El anciano estaba profundamente dormido, respirando entrecortadamente. El príncipe sabía que probablemente su padre se recuperaría, ya que en los últimos años el anciano había tenido otros achaques similares de los que había salido indemne, pero de este no saldría. El chico se sentó en la cama y miro el rostro de su anciano padre. Había sido un gran emperador pero él no se conformaría en ser un simple emperador  yo seré un dios, seré omnipotente le susurró al oído. Entonces el gran emperador Baalidus VII abrió los ojos. Primero se sobresaltó pero luego se calmó al ver a su amado hijo junto a él. Entonces Mefistus dio un afectuoso beso en la frente a su padre, y al incorporarse levantó velozmente el arma y se la clavó con fuerza en el pecho, a la altura del corazón. El moribundo abrió la boca para emitir un débil gemido pero el parricida se la tapó impidiendo el grito. Adiós padre una maléfica sonrisa se dibujo en su rostro.

Mefistus se levantó orgulloso del trabajo realizado. Se dio la vuelta y se encontró cara a cara con Armadius, el fiel servidor que llevaba más de trescientos años al servicio de su padre. El humilde hombre cuidaba del emperador todo el tiempo, de noche y de día. Su arrugado rostro no daba crédito a lo que estaba viendo. El vaso de agua que llevaba en las manos se le resbaló y se precipitó al suelo apenas sin hacer ruido amortiguado por la alfombra roja que cubría el suelo de la habitación.
-         ¿Qué ha pasado aquí mi señor? – enarcó las cejas incrédulo
-         Si es nuestro querido sirviente Armadius, ¿Qué tal te encuentras? – empezó el príncipe –  nuestro mas preciado servidor, como le agradezco todo lo que ha hecho por nosotros en todos estos años – hizo una leve pausa reflexionando sus próximas palabras – siempre has estado aquí, gracias.
-         ¿Qué quiere decir mi señor?, no comprendo lo que está pasando.
-         La verdad es que no había pensado en como explicar lo sucedido aquí, pero ahora ya lo sé, siempre tan oportuno querido mío – la retorcida mente del príncipe cavilaba y de pronto se iluminó.
Veloz como el viento se abalanzó sobre el estupefacto anciano y le abrió un tajo en el cuello con su ya ensangrentada arma.
-         Le contaré a la gente que eras un espía de los rebeldes, que mataste a padre y luego te quitaste tu propia vida – un gorgoteo sonó en el cuello de Armadius, y la sangre empezó a salir a borbotones. Mefistus no pudo contener las carcajadas al ver la cara de impotencia del sirviente.

               Después de aquello, Mefistus volvió a la cama. Lo había dejado todo listo, de manera que todas las culpas recayeran en el pobre esclavo que había dado su vida a la familia del emperador. Ahora seria visto como un traidor, y su cuerpo serviría de comida para las bestias del coliseo. Le supo mal, aunque el sacrificio valía mucho la pena. Sus ojos se cerraron lentamente, y disfrutó de maravillosos y placenteros sueños el resto de la noche.



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12 comentarios:

  1. puede parecer todo lo típico/tópico que quieras, pero hay que echarle un par para contar una historia así, que tiene pinta de estar repleta de personajes y vueltas de tuerca... pero la originalidad supongo que vendrá después, a pincledas... y si no viene y has sido capaz de montar todo el tinglado sin copiar las frases de El Señor de los Anillos y Star Wars (juntos o por separado), y aunque yo no sea especialmente fan de este tipo de historias, me parecerá admirable.

    mientras tanto, espero que tengas suerte (de la buena, por supuesto)

    un abrazo,
    salut!

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  2. Muchas gracias, es un placer leer tus palabras que me animan a terminar el proyecto.
    Un abrazo.

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  3. El "luego no es todo lo que parece" es lo que definirá las cosas. Por eso mismo, hay que continuar y asumir los riesgos. Tópico y/o típico dependerá de lo que siga. Y yo......seguiría aunque pasen varios ciclos. Promete. Un abrazo

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  4. Empiezas con mucha fuerza, bien estructurado tu trabajo con la pausa precisa. Bien por esto!
    Un fuerte abrazo!

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  5. Que maquiavélico el hijo. Creo que si quieres terminar el proyecto lo mejor es ir avanzando y no anclarte en el principio porque si no nunca saldrás de él, no es un mal prólogo para nada la historia puede avanzar por distintos caminos a partir de este prólogo.

    Saludos.

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  6. Lo cierto ea que ya llevo 19 episodios escritos,152 páginas de word. Lo intentaré acabar y ya veremos lo que sale.
    Gracias por vuestros ánimos.

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  7. Me ha gustado mucho maestro, sigue, sigue y sigue y no dejes de escribir, lo haces muy bien. Un abrazo.

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  8. A la mierda.. ya tenés 19 episodios?? WOOOW..

    Sabés que me gustan las historias con capitulos? Me molesta meter el marcados de páginas cuando los libros no tienen puntos finales sino puntos seguidos.. nose si me entendés.. Es más facil dejarlo y volverlo a agarrar sin perderse entre ideas y palabras.
    Ami me gusta.. me gusta un prólogo que ya te cuente una muerte y una tan importante.. porque los prologos que se tiñen de rosa me aburren un poco la verdad..
    Y un consejo: tratá de no mezclar tantos personales (no hablo del prologo sino en general) porque con nombres tan raros es facil perderse :)

    Saludos para voce Pedro, desde el otro lado del charco.. desde Argentina.-

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  9. Muchas gracias Con edulcorante y al revés, lo cierto es que a mi también me gusta que los libros estén divididos por capítulos, a mi gusto, los hace más amenos. Gracias por el consejo.
    Saludos.

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  10. Te deseo la mejor de las suertes con tu libro. Comencé el mío de género: Novela no ficción, hace más de tres años, diría que más de diez inclusive, jajajaaa....Y aún dudo respecto a su edición. Tengo uno de poemas que ha tenido mucho éxito.
    Como sea, un gusto de conocerte.

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  11. Pues ni se te ocurra dejarlo!! ;) que seguro que algo bueno sale de él.
    Muchas gracias por visitar mi blog.
    Saludos!!

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