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viernes, 20 de marzo de 2015

Hipocresía ecologista

La incoherencia y el surrealismo es algo habitual en la naturaleza humana. Los seres humanos somos capaces de lo mejor y también de lo peor. Necesito expresar a modo de reflexión personal unas observaciones que me han llamado la atención en mis recientes viajes. La hipocresía humana inconsciente está arraigada hasta en las mejores de nuestras acciones. Es probable que yo mismo contradiga mis propios principios sin siquiera darme cuenta y alguien me lo eche en cara con razón algún día. Pero ahora voy a empezar yo una crítica, o más bien una observación a unos sectores que he observado como espectador en estos dos maravillosos países que tan poco tienen en común. Nueva Zelanda y Marruecos.

En Nueva Zelanda el gobierno local ejerce una espléndida campaña para proteger su naturaleza, sus especies, tanto animales como vegetales. Sus aduanas son estrictas para que sus ecosistemas no se contaminen de especies invasoras. El kiwi (el ave) está firmemente protegido y los ciudadanos del país le tienen un gran afecto. Que las autoridades inciten a proteger las especies locales está genial y debería ser algo prioritario en todas las naciones del mundo entero, no obstante  tiene su lado oscuro. Digamos que el plan de conservación llegó demasiado tarde y en el país ya habitan especies invasoras que se están adaptando (o ya lo han hecho) a su nuevo hogar. Los principales enemigos nacionales de Nueva Zelanda son la rata común, la mustela, el gato común y el possum. Su obsesión por proteger la fauna ha satanizado a estos animales nombrados, en especial al possum. El odio al marsupial es tal que en todos los parques intentan concienciarte de lo malo que es, de que hay que matarlo. Si un possum se te cruza en la carretera la acción buena  es atropellarlo, de hecho te los encuentras a cientos aplastados en el asfalto. Y digo yo ¿es su culpa de que lo hayan arrancado de su hogar y lo hayan traído a otro país? Dudo que haya venido él solito nadando. Pienso que es normal que cace, que se alimente de lo que encuentre, en su caso los huevos del bendito kiwi. Es normal que intente adaptarse a su nuevo entorno, a eso se le llama supervivencia. Por supuesto que estoy de acuerdo en que hay que evitar que el possum acabe extinguiendo al kiwi pero la masacre indiscriminada que sufre el marsupial me resulta horrible e hipócrita. Deberían buscar otras soluciones, atraparlos y devolverlos al lugar de donde provienen, pero claro, eso es trabajoso y caro, mejor los exterminamos y listo. Se pueden ver en los puntos de información de todo el país fotos de los cuidadores de los parques con caras triunfantes sosteniendo cadáveres aplastados de possums. ¿En serio es eso ser ecologista? Yo creo que es hipocresía pura y dura.
Otro asunto es el de la deforestación masiva y reforestación al unísono que ejerce Nueva Zelanda para beneficiarse de los pastos de su ganado (por cierto, todo traído de otros países ¿especies invasoras?) uno de los pilares de su economía (la lana y la carne del cordero).

Cambiamos de país, cambiamos de continente y nos paramos en Marruecos. Allí, a diferencia que en occidente, tienen bastante respeto a la hora de sacrificar a un cordero y es que tal y como indica el Corán han de matar al animal provocándole el menor sufrimiento posible. Nunca lo sacrifican en frente de otros corderos para que los demás no sufran y le tapan los ojos a la hora de degollarlo. Creo que en occidente se debería considerar ésta práctica. Yo personalmente prefiero no matar a ningún animal pero si se ha de hacer que sea con el menos sufrimiento. Pero ahora paso a comentar la contradicción. Sí, se respeta la vida de los corderos pero ¿y los pollos? Ellos también son criaturas de Dios ¿no? ¿Por qué a ellos se los encierra apelotonados y se los sacrifica a escasos metros del corral? ¿Por qué se les trata como meros objetos? Digo que también tendrán sentimientos.

Son observaciones que me cuesta entender, que me cuesta encontrarles una explicación razonable. Aquí en occidente la hipocresía ecologista también abunda pero bueno, el rarito soy yo. Así que no pasa nada…
¿Qué opinas tú?


2 comentarios:

  1. El puro ecologista no existe y hablo con conciencia de ello ya que la pureza en las personas no es totalmente cierta, tiene sus extremos y cuando algo le invade en su totalidad pierden las facetas a las que están o creen estar sujetas por ideología. Ten en cuenta que el animal caza por necesidad. El hombre por derecho ( profundo él).

    Los pollos aquí los venden ya pues eso, muertos, imaginare cuando va el comprador al comercio lo que se lleva, no es solo eso, sino las enfermedades que puede ocasionar. El cordero en los países árabes está muy subestimado pero que quieres que te diga, me parece una carnicería aunque sufra menos.
    Si es que miremos por donde miremos, es muy difícil no llegar a la hipocresía humana ya sea por una cosa u otra.

    Un placer leerte Pedro J.
    Un abrazo

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  2. Tienes toda la razón del mundo Soledad, pero mi único consuelo (a penas) es escribirlo y desahogarme. Sé que no tenemos solución...
    Me gusta verte por aquí y comprobar de que sigues al pie del cañón, a seguir así ;)
    Muchas gracias por tu visita, es un honor que no te hayas olvidado de mí.
    Un abrazo!

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