Misterioso hombre,
que desde mis infantiles ojos observo.
Poderoso, con tus
manos puedes abrir nueces, tienes troncos como dedos.
Tus ojos reflejan
seguridad, imponen respeto.
No sé de dónde vienes
ni a dónde irás, que has hecho ni lo que
harás pero siempre estás ahí.
Conocido y
desconocido, familiar y extraño.
Pero el tiempo
causará estragos en ti y poco a poco menguarás.
Misterioso hombre,
que desde mis ojos observo. Frágil, de temblorosas manos. Tus ojos reflejan el
miedo, el dolor, la incertidumbre.
Algún día te irás,
pero no esta vez. No esta vez.
Conocido y
desconocido, familiar y extraño.
Todavía no te irás.
Papá.
Son las manos más fuertes que jamás persona humana conozca. Tan enorme conocido como desconocido. Pensamos que son Dioses, inmortales que siempre estarán a nuestro lado.
ResponderEliminarUn placer y una alegría volve a leerte PedroJ.
Un beso
Bonito y emotivo... ha sido pasarme otra vez por aquí. Pero justo es decir que me habría emocionado si mi relación con mi padre no consistiera en emborracharme mientras me da la chapa y vemos el fútbol.
ResponderEliminarEra broma. Es un texto muy inteligente en su apelación a lo sensorial, y muy estético.
Nos leemos.
Muchas gracias Soledad, lo cierto es que ha habido mchos cambios ( a bien) pero no he tenid tiempo ni ganas de hacer todo lo que me gustaria. A ver ahora que empiezo a esabilizarme empiezo a escribir y leer un poco mas :D
ResponderEliminarDemendiente, un placer tenerte por aqui. La relacion con mi padre no es que ses precisamente ejemplar, pero cuando La Muerte ronda por aqui...
Gracias a ambos por vuestras visitas, es un honor 😊
Abrazos!