Aquella mañana, el invierno nos dio tregua y el Sol nos gratificó con un calor primaveral. Juan aprovechó, y paseando, se acercó al Parque de la Paz. Metido en el interior de su abrigo, cargaba con Whisky, al que había adoptado recientemente. La madre lo había parido en la calle, y al ver a aquella inocente criatura se apiadó de ella y decidió darle la oportunidad de vivir.
Sentado en los bancos de hormigón, sintió el calor reconfortante en su rostro. Mientras, Whisky indagaba con sus pasos torpes, no más lejos de lo que le permitía la cuerda que llevaba por collar. Pronto, un niño seguido por su abuela, se acercó al tierno cachorro.
- ¿Has visto al perrito? Que mono es, ¿has visto al perrito? – se repitió la señora ante el pasivo infante - ¡Qué guapo es!
Juan ignoraba a los transeúntes y permanecía con sus cavilaciones, con los ojos cerrados disfrutando del baño de Sol.
- Vámonos – una voz masculina habló a nieto y abuela.
Cuando abrió los ojos los dos nuevos amigos de Whisky se habían marchado, y el perrito se había escondido bajo sus piernas.
- ¿Qué pasa Juan? – un grave sonido, bajo pero de perfecta pronunciación surgió de una oscura sombra instalada a su lado.
Juan intentó ignorarlo, cerró de nuevo los ojos y continuó con sus meditaciones. El dulzón hedor procedente de su amigo le provocó un molesto picor en el bigote. La sangre empezó a fluir con más intensidad y las venas de su cuello se hincharon.
- ¿Qué pasa Juan? – repitió el hombre sombrío.
- ¡Que me dejes Manué! – explotó - ¡no quiero que vengas conmigo!
Si Manuel se exaltó lo disimuló muy bien ya que permaneció inmóvil, silencioso cual estatua. Dio una generosa calada a su cigarro y el humo se esparció en la cara de su enojado interlocutor.
- ¿Qué pasa? – gruñó al fin.
- ¡No te quiero conmigo! – continuó con su peculiar acento característico de los pueblos colindantes de las ciudades del sur del país - ¡que la gente no me da na!
Hubo una pausa.
- La María le dice a gente no me de porque me lo gasto todo en vino. Porque me ven contigo.
Otro silencio.
- Me ven contigo – continuó su monólogo Juan – y no me dan na. Que vas siempre colocao que así no puede ser. Luego la gente habla.
- Me suda la polla – expiró Manuel.
- ¡Que no Manué, que no. Que no tengo na pa comé. Que vas siempre colocao – siguió reprochando – que no puede ser. No tengo na pa come, que esto es muy triste.
- ¿Qué voy todo el día colocado?
- ¡Que si Manué, que no puede ser, así no llegarás a los sesenta. Todo el día colocao. Luego me ven contigo y también dicen que voy colocao, que no puede ser.
Manuel dio otra generosa calada y el humo ascendió. Ascendió hacia el cielo, como ascenderían pronto los malos humos de su amigo. Mañana se le habría pasado el enfado y juntos compartirían otro cartón de Don Simón.
Basado en una conversación real en la que estuve presente.
m gustan estas historias d barrio, expontaneas... m alegra ver que tambien sabes hacerlo
ResponderEliminarun abrazo, compadre
muy buen relato....muy bien construido....totalmente veraz y enganchador...felicidades!
ResponderEliminarYo sería incapaz de hacer un blog mono temático. Me gusta escribir lo que me apetece cuando me apetece.
ResponderEliminarMuchas gracias a los dos.
Amiguetes de cartón hay varios y de varias clases de cartones. Muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarPor desgracia un ser humano débil cae en las garras de los vicios, llámese alcohol, drogas ...
ResponderEliminarMe parece bien que tu blog sea dinámico, tratando temas diferentes.
Un abrazo
El Don simón es lo que tiene, lo carga el diablo. Esta historia es otra prueba de que la realidad siempre supera a la ficción.
ResponderEliminarBesos.
Que hacías metido en una conversación asi Pedro? Me intriga saber..
ResponderEliminarLas malas influencias.. las que te hacen ser como sos y las que hacen que te vean como no sos. Por ahi mejor mantener distancia. No siempre esta bueno poner al otro antes que a uno, eso no es egoismo.. es usar la cabeza.-
La gente de la calle, solitaria con el vino como compañia, me parte el corazón.-
Saludos para voce!
Jeje es que Juan (no conozco su verdadero nombre) se sentó a mi lado (o yo al suyo no se) y luego vino el otro. Si es triste el ver como puede acabar una persona por culpa del mal vicio.
ResponderEliminarGracias a todos.
Abrazos
Joder, m'hagués encantat vorela. ;D Es tema pareix mes des meu rollo, pero segueix sent sa teva manera de escriure. Tens s'estil d'escritura bastant definit.
ResponderEliminarVa ser gracios, pobre canet.
ResponderEliminarGracis ;)
en fin, aveces es la mima vida la que te llaba por esos lares, tampoco es cuestion de juzgar, un saludo
ResponderEliminarMe gusta en tus escritos encontrar palabras cuyo uso no es común para nosotros en el culo del mundo. "Andar colocao"......genial jajaj. Abrazo.
ResponderEliminarJaja lo cierto es que la expresión tiene su gracia si se analiza.
ResponderEliminarUn abrazo
Me has hecho sonreir con esa expresión vulgar y habitual que algunos hombres suelen decir en la vida corriente, de ... me suda la ...
ResponderEliminarY me quedo con esta expresión y su significado, que me ha encantado:
... el humo ascendió. Ascendió hacia el cielo, como ascenderían pronto los malos humos de su amigo...
Un placer leerte, Pedro.
Un beso.
Pedro llama la atención sobre una realidad poco agradable pero que aunque incomode no debemos evitarla, sino obligar a nuestros gobernantes a solucionar. Mediante un conjunto de medidas que incluye antropólogos, sociólogos, trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras y sobre todo educación (de verdad) y fomento del valor humano que se pierde en una sociedad materialista y consumista guiada por la alianza entre el marketing y los antropólogos, sociólogos, psicólogos… corruptos y sumisos al poder económico.
ResponderEliminarContrariamente a lo que mucha gente cree, no es el vicio o la droga la causa, sino una consecuencia más en un entorno de exclusión social, marginación y abandono emocional que mina la fortaleza psicológica y deteriora a la persona degradándola hasta convertirla en irrecuperable socialmente.
Pedro muy real tu historia, cuantas veces el ser humano es una mala compañia para los animales y cuantas otras son los animales la única compañía que los hombres encuentran.
ResponderEliminarSeguro que pudistes estar presente en esa conversación porque la imaginación de un escritor es testigo de las más increibles historias.
Escribir sobre temas variados es lo que hace interesante un blog.
Un abrazo.
Bella noche..
ResponderEliminarUn gusto venir a leerte y disfrutar de tu bella entrada… buen lunes y semana..
Abrazos
Me ha ustado tu relato, muy real.
ResponderEliminarUn beso.
Me recuerda a ciertas historias de esas que percibes delante del Dia cuando vas a comprar..
ResponderEliminarEs un buen relato... que de alguna manera en los barrios todos hemos sentido.
Un saludo y gracias por pasar por mi rincón, es agradable.
Un saludo
Me encantan estos relatos llenos de vida. De una vida a la que tal vez no estoy tan acostumbrada a ver ni a escuchar, pero que existe sin duda. Algo que me gusta mucho de tu Blog, es la cantidad de temas. Como soy bastante ecléctica por Naturaleza, me atrae sobremanera. Debo agradecerte realmente mucho Pedro, el que a través tuyo, llega gran cantidad de personas a mis blogs, sobre todo al de: mujerdiosa.blogspot.com
ResponderEliminaral otro que es más nuevo: sinartenohayvida.blogspot.com por ahora no tanto.
Como de este tipo de cosas apenas soy una principiante, ignoro qué magia se mueve para que así suceda, jajaaaa...pero que llegan, llegan!.
Te abrazo cálida y luminosamente!
Muchas gracias :) a mi también me gustan tus blogs. La gente mira el perfil y elije el blog que más le gusta o el primero de la lista. Los criterios de las personas son un misterio.
ResponderEliminarSaludos ;)